PESADILLA
El sonido de los disparos y las bombas taladraban mis oídos, un séquito de soldados se acercaban a lo lejos destruyendo cualquier vida que colapsara su paso. No podía correr más, los notaba cada vez más cerca y las explosiones cada vez iluminaban mas el oscuro bosque, al mismo tiempo que la sangre corría por su tierra. De repente, noté como uno de esos miserables me seguía, corría más que yo, miré hacía atrás y sus ansias de matarme se engrandecían. Apretó el gatillo, la bala salió disparada y yo era el blanco, antes de que el proyectíl me alcanzará, grité con todas mis fuerzas y empapada en un espeso sudor, desperté.