domingo, 20 de marzo de 2011

7ª finalista concurso, cartas de amor "Pablo Neruda", biblioteca pública municipal de Coria.

CATARSIS

Todos los días cuando voy a verte, me emociono al poner tus suaves manos en mi cara. Algo arrugadas por el tiempo y manchadas por los inminentes síntomas de la edad. Te miro y me asaltan todos los recuerdos de nuestra vida, cada uno de los momentos especiales que nos marcaron y fortalecieron nuestro amor. Sin querer, mis ojos se humedecen y alguna que otra lágrima se me escapa. Tú, ausente y desconcertado me dedicas una sonrisa (debo parecerte una loca, pues no me conoces). Me entristece mucho, saber que todos tus días son un poco más de lo mismo, yaces sentado en la butaca, arropado con la mantita cuando hace frío, despojado de aquellos momentos que un día fueron tuyos y me duele saber que te sientes sólo en este mundo, en el cual yo me cambiaría por tí sin pensarlo si fuese posible, no eres digno de esta crueldad. Es todo tan ambiguo,

pero no soy nadie para juzgar que él se haya encaprichado contigo, ¡maldito metiche! Pero no me importa, que me preguntes todos los días quién soy, te diré mi nombre encantada, no me importa que en Navidad, creas que es Semana Santa o que sin serlo pienses que es tu cumpleaños, no me importa, llevarte unas velas y tomar la tarta contigo para que seas feliz. Cada vez que me preguntas algo, haces que en mi mente se redibuje ese recuerdo, que de la tuya ese intrépido borró y asi poder contarte con claridad todo aquello cuanto olvidaste. Me encanta conocerte todos los días y contarte quién soy. Nuestro amor sigue ahí, valiente, fuerte, osado, y él no podrá arrebatárnoslo nunca. Si tengo que conquistarte mil veces, lo haré con gusto, si tengo que darte tu primer beso todos los días,lo haré con gusto. Él no nos quitará lo que tuvimos y aún tenemos, aunque altere tus recuerdo o incluso sea tan egoista que poco a poco los vaya borrando, siempre estaré a tu lado, porque aunque olvides que te quiero, te diré "te quiero" todos los días para que no lo olvides.


Carta dedicada a todas las personas que sufren de Alzehimer.


LUCHADORA ("El camino")

Aquella niña nunca había sido feliz, pero seguía luchando contra los infortunios que la vida tenía para ella. Nunca eligió el camino fácil, porque sabía que sería esclava de sus pasos, los cuales nunca podría borrar y si algo había aprendido en su aún corta vida, era que las cosas que realmente merecen la pena, cuestan y mucho. A veces, se cansaba de tanto luchar y malgastar fuerzas en un porvenir lejano y difícil, un porvenir que todavía no daba frutos y le entraban ganas de desaparecer, pero no podía, después de haber criado a seis hermanos pequeños, tras quedarse huérfana con 9 años y con tan solo 10, ya estaba trabajando en un fábrica de zapatos, pensaba en todo esto y reponía fuerzas para volver al mundo, regresar a las tinieblas y luchar contra las tempestades. El camino, se llenaba de zarzas, de espinas, de marañas, pero sabía, que la recompensa estaba al final y sus esperanzas se mantenían viva, ella nunca se rendiría, porque tenía que alcanzar, un objetivo, un propósito, una meta y sabía que lo conseguiría, porque nunca abandonaría su lucha.