sábado, 21 de enero de 2012

New York


Y bajo el cielo blanco y negro de New York, ante una situación incómodamente cómoda; sus almas se consumaron, embriagadas por el fuerte deseo de la pasión y las miradas enmudecían en un rotundo silencio en el cual sólo se escuchaban los latidos de sus corazones, que resonaban con fuerza a medida que el tiempo se consumía y a ciegas fueron descubriendo sus sabores, quizás ante algo que ya tenía fecha de caducidad...pero a veces, el destino es caprichoso y juega con sus marionetas, burlando su realidad y transformando vidas a su antojo, mientras tanto el cielo blanco y negro de New York, único testigo, sonreía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario