PENSANDO, CREANDO
Hermoso crujir de las hojas secas que yacían en el suelo,
víctimas del otoño, una soleada tarde en las orillas del río, un
paisaje que lucía de colores anaranjados, marrones y algunos verdes.
Mientras paseaba, tu recuerdo se me tornaba ansioso, una y otra
vez, invadiendo mi mente de manera irrevocable y las ganas de verte
crecían, tal vez fruto de una locura efímera o de un ferviente
deseo, que me esclavizaba, prisionera de un pasado inamovible, del
cual sólo quedaban migajas. Sin ser consciente de ello, la magia
crecía y el universo conspiraba, mis pensamientos eran mis verdades
y mi verdad eres tú.
Cuando algo acaba, algo empieza, por eso, en la vida no hay
finales tristes ni felices, sólo nuevos comienzos.
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