domingo, 9 de enero de 2011

EL POZO

"JAQUE MATE"
Allí estaba, como unos años atrás, ahora envejecido por la erosión que lo acariciaba mansamente. Con su fuerte frente de piedras grises y su arco de metal oxidado. ¿Qué curioso, no? Algo que está ahí y casi pasa desapercibido. No es sólo lo visible, ese pozo guarda muchos momentos y sensaciones vividas en mi infancia. Es emotivo verlo de nuevo, en el patio de la que fuese casa de mis abuelos, en la cual vivieron toda su vida. Desde que el padre de mi abuelo lo construyó, ha abastecido agua a 2 o 3 generaciones y sigue ahí, a punto de ser demolido por los nuevos dueños.
Cuando era niño, siempre me asomaba para ver mi cara reflejada en el oscuro fondo, aunque los mayores decían que era peligroso...yo lo encontraba mágico. Podía mirarme en él y escuchar mi voz distorsionada a causa del eco y para colmo podían cogerse litros y litros de agua, sin que esto pareciese afectarle lo mas mínimo, tán sólo con una cuerda y un cubo, ¡impresionante!
Me fascinaba estar toda una tarde entera rondandole, mientras mi abuelo me sonreía, con esa cara con la que los abuelos sólo saben mirar. Yo le preguntaba inocente.
Abuelo, ¿cómo cabe tanta agua ahí?¿Nunca se acaba?
Recuerda que no es un pozo cualquiera hijo. Es mágico, respondía él.
Y hoy, soy víctima de su horrible final, vine sólo a despedirme.
Jara Piñero Gabardino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario