domingo, 9 de enero de 2011

ESPEJOS

LA OTRA CARA DEL ESPEJO


Es lunes, el despertador ha sonado a las 8, como cualquier dia laborable. Hacía rato que me había levantado. Aun convaleciente y algo dolorida, te preparaba el desayuno, debía tenerlo todo listo antes de que tú entrarás en la cocina. Ya he terminado y, temblando me he sentado a esperarte, mientras escuchaba caer el agua de la ducha que recibías, he pensado "qué sonido tan bonito". Al rato has bajado y ni siquiera te has atrevido a mirarme y mucho menos a darme los buenos días. Yo intimidada por tu presencia, he evitado encontrarme contigo. Luego has desayunado y después ha pasado tu compañero del gabinete a recogerte. Llegaréis al bufete de abogados y allí desarrollarás tu jornada diaria como una persona normal, agradable y trabajadora, una persona a la que todos quieren y aprecian. Recientemente te han otorgado uno de los premios mas honoríficos de tu intachable carrera, para la sociedad eres toda una eminencia. Sin embargo yo, no me atrevo a romper el silencio, pues la realidad es otra. Me he mirado al espejo y, allí estaban los valores del hombre que nadie conoce, ese tú que la sociedad no puede ver. El espejo valiente, ha mostrado la cara de una mujer desfigurada, víctima del sufrimiento, con unas enormes ojeras, la mirada triste, empapada en lágrimas, el ojo izquierdo morado, el labio partido, del que con algunos gestos aún brotaba sangre. Ayer noche fue la última vez que lo hiciste, me pregunto ¿por qué? Pero yo sigo siendo prisionera del silencio.

Jara Piñero Gabardino.

(Aunque este relato sea fictício, no olvidemos que pasan casos parecidos en la realidad, contra la violencia de género, tolerancia 0 )

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